El Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), presentó hace unas semanas su Sexto Informe de Evaluación, expresando inequívocamente la responsabilidad del ser humano en la actual crisis climática y el creciente aumento de la temperatura global, y de continuar con la actual tendencia, en menos de 10 años habrá sobrepasado el límite seguro de 1.5°C establecido en el Acuerdo de París. Sobrepasarlo implicará enormes riesgos para la supervivencia de la vida actual en la Tierra. Hace un llamado de urgencia para reducir rápida y drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero resultantes de la extracción y uso de combustibles fósiles (carbón, gas, petróleo).
No obstante, poco más de la mitad (114) de los países miembro de la CMNUCC actualizaron sus planes de acción nacional (NDC, por sus siglas en inglés) tal como lo establece el Acuerdo de París, y sólo 67 países han incluido un incremento de ambición en su reducción de emisiones, respecto a los presentados a la firma del Acuerdo en 2015. Esta es la realidad política, a pesar de contar con un plazo extendido, y de haberse afectado el proceso de negociación desde el 2020 a causa de la pandemia – aspecto que no solo debió haber fortalecido las acciones nacionales sino también la búsqueda clara de sinergias, mecanismos y alianzas para atender esta crisis sistémica.
Esta falta de compromiso político para incrementar la ambición en la acción climática efectiva para la reducción de emisiones es alarmante y decepcionante. Los países no han respetado principios fundamentales como el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, además de evadir identificar a los grandes contaminadores privados y de hacer invisible la vulnerabilidad e impactos múltiples sobre comunidades y poblaciones locales del sur global resultantes de las actividades extractivas.
Asimismo, en el contexto de recuperación económica asociada a la pandemia del Covid19, los gobiernos siguen financiando e impulsando actividades extractivas, particularmente la industria de combustibles fósiles, lo cual no sólo profundiza las desigualdades sociales y económicas en nuestros territorios, sino que contribuyen a acelerar la crisis climática reinante la cual, como la evidencia científica ha demostrado, seguirá intensificándose en la siguiente década, de no actuar ahora.
Según el informe síntesis de las Contribuciones Nacionales Determinadas presentadas por la CMNUCC el 17 de septiembre, muestra que aún es poco los compromisos para reducir las emisiones globales. Se espera que más países puedan alcanzar sus NDC para octubre del presente año, para que esté incorporado en el siguiente reporte que presentaría la CMNUCC antes de la COP26, proporcionando información actualizada acerca de si los esfuerzos de los países son suficientes para cumplir las recomendaciones expresadas por el IPCC, en su informe especial sobre el calentamiento global +1,5°C de 2018, donde se indicaba la importancia que los países logren limitar la temperatura del planeta para evitar el descarrilamiento de la crisis climática.
Según los datos de las NDC anteriores, presentadas en el 2015, el mundo está en camino de un calentamiento por encima de los 3°C, por esta razón los países deben hacer un esfuerzo por revertir el problema mejorando sus compromisos climáticos en víspera de la COP26.
Frente a esta situación, las organizaciones de la sociedad civil reunidas en CAN-LA:
- Recordamos a todos los países la urgencia de la situación. Estamos en la década decisiva, por ello es el momento de cambiar el sistema. Ante la crisis pandémica y climática, se requiere una rápida y profunda transformación económica, política y social, para darnos la oportunidad de recuperar la salud del planeta, y permitir el bienestar a las presentes y futuras generaciones.
- Hasta la fecha 13 países de la región presentaron las actualizaciones de sus NDC. Sin embargo, existen dudas sobre su efectividad. Deben realizarse estimaciones por país para evaluar si las nuevas NDC son realmente más ambiciosas. Asimismo, los gobiernos deben seguir mejorando los niveles de compromiso antes de la COP26, como también incluir un marco de transparencia, acceso a la información y participación de todos los actores de la sociedad civil como lo establece el Acuerdo de París. Para que contribuyan en la operatividad de los mismos, los aspectos sociales y la implementación de los compromisos han de ser efectivos e incorporarse en la política, en los planes y en las estrategias nacionales de cambio climático.
- Instamos a los países que no presentaron sus nuevas NDC en el plazo establecido, a culminar sus actualizaciones aceleradamente. Les recordamos que deben cumplir sus compromisos del Acuerdo de París lo antes posible. Los nuevos compromisos deben ser acompañados de medidas que detengan el uso de energías sucias. Los países del Norte Global deben cumplir con su compromiso de apoyo financiero, transferencia de tecnología y desarrollo de capacidades a los países del Sur Global para que implementen sus planes de adaptación y enfrenten las consecuencias de los fenómenos climáticos extremos.
- Exigimos a los países, dejar de financiar proyectos extractivos de combustibles fósiles, minería, agroindustria, que son la causa principal del deterioro de la naturaleza y el calentamiento global. Estos proyectos ponen en riesgo los ecosistemas como los glaciares, la Amazonia, los océanos y la biodiversidad en general, que son vitales para la integridad ambiental y, porque va en contradicción con la Agenda 2030 y con el Acuerdo de París.
- Demandamos que los países contemplen en sus nuevos compromisos ambiciosos la recuperación justa y la restauración de la naturaleza, como también la transición a una nueva matriz energética; que nos permita enfrentar esta crisis sistémica a través de la promoción de soluciones justas, democráticas y en pequeña escala para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones más vulnerables.
- Exigimos que nuestros países establezcan un pico de emisiones que no supere 2025, y a hacer su mayor esfuerzo en reducir a la mitad las emisiones globales para el 2030, no esperar hasta 2050
- Denunciamos y pedimos que excluyan falsas soluciones de la geoingeniería y tecnologías de captura de carbono insertas engañosamente en el llamado CERO NETO promovido por algunos países y empresas privadas, pues estas opciones son inseguras y ponen en riesgo la vida del planeta. Además, estas tecnologías no resuelven la situación, si no que evitan que los países y actores privados cumplan en reducir sus emisiones, promoviendo un “lavado verde” de corporaciones y estados que contaminan, mientras aún no han reparado su deuda con el ambiente.
Invitamos a las organizaciones a sumarse a la movilización del 24 de septiembre en la Huelga Global Climática y al 6 de noviembre en el Día de Acción Global por la Justicia Climática, para exigir a nuestros gobiernos mayores compromisos climáticos, con estándares en protección de derechos humanos y de territorios para cumplir con su responsabilidad. Así como expresamos que nuestro análisis no encuentra que existan condiciones suficientes para garantizar una participación equilibrada del sur global incluida su Sociedad Civil en la COP26, tanto por las nuevas variantes de COVID19 como por el gran atraso en apoyar el combate a esta pandemia en vastas regiones de nuestro sur global.
Desde CAN Latinoamérica, las 31 organizaciones que conformamos esta red y que estamos en 15 países de la región, seremos veedores en el cumplimiento de los compromisos por el bien de nuestro planeta y las generaciones futuras.
El enlace para las adhesiones https://bit.ly/39tCy8l
Información de contacto:
comunicaciones@climatenetworklac.org